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Big Time Rush
Era un día cualquiera en el instituto, estaba sentada en mi pupitre mirando el libro como si estuviera estudiando. Entonces llamaron a la puerta, era un nuevo alumno. No le presté importancia. Oí como mis compañeras no paraban de halagarle. Yo seguía a lo mío.
En la hora de educación física el nuevo se acercó a mi. Le ignoré. Pero entonces me pregunta:
-¿Te vienes a hacer novillos?
-No.-Le respondí con un tono molesto.
El soso del nuevo alumno comenzó a atraer mi interés. No es el típico chico que intenta ser bueno con los profesores. Él pasaba de todo. Aún así ese chico no era para tanto.
En el patio, me miraba todo el rato con una risa picarona y mordiéndose el labio. Estaba sentado en un banco, y yo estaba de pie en el pequeño templete escuchando música. En ese momento deseé poder leer el pensamiento. Me daba mucho repelús que estuviera todo el rato mirándome. Y por fin tocó el timbre. Cuando me dispuse a entrar en clase alguien me cogió del brazo. Era él. Va y me pregunta de golpe:
-¿Quieres salir conmigo?
-No.-dije con el mismo tono molesto de antes.
Caminé hacia delante y me senté en el pupitre. Miré hacia la puerta. Estaba ahí, en el umbral, cabizbajo. Me sentí mal por él.
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